Además, la actualización constante de
software y sistemas operativos constituye una práctica esencial. Las
vulnerabilidades en programas desactualizados pueden ser explotadas por
ciberdelincuentes, comprometiendo la seguridad de las transacciones. Mantener
al día las aplicaciones de banca en línea y herramientas de seguridad
contribuye a cerrar posibles brechas de seguridad y a garantizar la protección
continua.
Por último, la conciencia del usuario
es fundamental en la seguridad de las transferencias electrónicas. Evitar hacer
clic en enlaces sospechosos, verificar la autenticidad de los correos
electrónicos y monitorear regularmente los estados de cuenta son prácticas
esenciales para identificar cualquier actividad no autorizada o intento de
fraude. La educación continua sobre las últimas amenazas y tácticas utilizadas
por los ciber delincuentes también fortalece la postura defensiva de los
usuarios en el mundo digital.